Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

jueves, 8 de junio de 2017

Suspenso en Urbanismo



 Suspenso sin posibilidad de repesca. 
Cada vez que paso por esa encrucijada de coches aparcados de cualquier manera, de otros coches que desesperan queriendo abrirse camino en medio del caos y empujados por imperativo de estrictos horarios laborales, me acuerdo de esa persona iluminada que tuvo en sus manos la decisión de construir un nuevo colegio público y decidió que fuera vecino de otro colegio privado, habiendo podido barajar otras ubicaciones que, sin duda, habrían sido más acertadas y me temo que, además, más económicas para las arcas públicas.  
Suspenso sin remisión, suspenso con todas las de la ley. 
Teniendo amplios terrenos en propiedad, alguien tuvo gran interés en situar un colegio de nueva construcción justo al lado de otro ya veterano, aunque para ello tuviera que desembolsar una respetable cantidad de € por la parcela. Y, por si fuera poco, el cúmulo de los despropósitos y de la falta de visión de futuro, lo hizo sin prever una zona de aparcamiento que evitase molestias a los que por allí circulan de paso. 
A algunos padres solo les falta meter el coche hasta el aula de sus hijos, pero ante la imposibilidad, optan por dejarlo tirado en todo el perímetro de una rotonda, escarranchado en un paso de peatones, o incluso obstaculizando la salida de un sufrido particular, que algún día que otro se encuentra en estado de sitio, en su propia casa, sin comerlo ni beberlo. 
Suspenso en urbanismo, imposible de recuperar. 
A galeras mandaba yo a algunos, oye. Y a algunas.



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