Me
quedo estupefacta al leer que todos y cada uno de los españoles estamos
condenados a pagar 21.400€, nos cueste los sacrificios que nos cueste. En mi
familia, que somos cinco, tendremos que aportar 107.000 euritos de nada, para
“ayudar” a pagar la deuda asumida por las administraciones públicas, o por
quien sea, a mí que me registren. A la banca no le faltó su “ayudita”, pero a
nosotros ¿quién nos echa un cable…?
Las políticas económicas de austeridad no
han hecho más que acentuar las desigualdades. Ha aumentado la deuda (más del
70% en los últimos años), ha subido el déficit, el fraude fiscal supone un 25%
del PIB, y emigran nuestros dineros a Suiza y otros paraísos, y nuestros hijos
a un futuro incierto y lejano, con todos sus títulos académicos en el equipaje
de mano. Reviso sistemáticamente todos mis tickets de compra, así que, en este
caso, exijo una factura detallada de lo que me obligan a pagar, sin haberlo
siquiera disfrutado, y seguidamente que me traigan el libro de reclamaciones.
Del Cabo de Gata al de Finisterre, los españolitos ¡a pagar lo que se debe!
Publicado en 'Cartas al Director' del diario HOY el miércoles 20 de agosto de 2014.
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