Ha llovido durante el viaje, pero cuando hemos llegado a la playa y he salido a la terraza, el sol ha corrido a recibirme con los rayos abiertos...¡qué detalle! El caso es que había charcos en el suelo, pero se han ido evaporando mientras yo leía plácidamente, perdiendo la mirada en el horizonte marino mientras buceaba en mis pensamientos, saboreando un reconfortante café.
Las vacaciones empiezan de forma esperanzadora.
Ayer por la tarde, en la cocina de mi casa, todo me pesaba como una losa. Hoy me siento más ligera, tanto que mi alegría ha comenzado a remontar el vuelo, circunstancia que se repite cada vez que contemplo el paisaje inmortalizado en la fotografía.
¡Estaremos en contacto!
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