Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 25 de marzo de 2012

Un domingo cualquiera





     Es mejor que hoy no diga nada, porque todo lo que diga será tomado en mi contra. Pasearé por mis largos silencios como tantos otros domingos. Y mientras tanto, me harán compañía los de siempre: la lavadora, el palo de la fregona (mi querida pareja de baile doméstico, nueva modalidad artística), bayetas de todas las formas y colores, y un ejército de utensilios de cocina al servicio de mi tropa.


     Soy como una borracha que mira sin ver, como una estatua de mármol que mira un sol dubitativo oculto tras este cielo plomizo, que se resiste a llorar.

                                    CLIC.

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