Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 30 de julio de 2021

Elizondo (julio 2021)

 

 

He de confesar que Dolores Redondo y su "Trilogía del Baztán" han tenido mucho que ver en nuestra visita a estas tierras.

 


La Villa de Elizondo es el más urbano de los 15 pueblos que pertenecen al Valle de Baztán, aunque goza de varios barrios que conservan el encanto de la vida tradicional de sus gentes.

 






Está emplazado a ambos lados del río Bidasoa y es capital y centro neurálgico y comercial del valle. Más de la mitad de los baztandarras viven en Elizondo.

 





 

Sus calles lucen casas palaciegas y edificios monumentales. Su población ronda los 3.500 habitantes.

Allí comimos, paseamos, nos llenamos las retinas de tonos verdes salpicados de hortensias de varios colores, y volvimos al hotel colmados de paz y buenas vibraciones. 

 





 

Cuevas de Urdazubi Urdax (julio 2021)

 

Las cuevas de Urdazubi Urdax, también conocidas como cuevas de Ikaburu, llevan en formación cientos de miles de años como consecuencia de la erosión del río Urtzume.




 

Todas sus galerías están repletas de estalactitas y estalagmitas. La guía nos habló de personajes de leyenda, guerrilleros y contrabandistas que las ocuparon en otras épocas.



Están escondidas bajo los verdes prados de la Navarra cantábrica, rodeadas por los Pirineos, a pocos kilómetros de la costa y muy cerca de la frontera con la vecina Francia.

 

 

       Quedamos encantados con las cuevas y con el entorno.

 


 

San Sebastián (julio 2021)

 

Pasar por San Sebastián fue un regalo. Tengo muy presente el recuerdo de los días que pasamos allí, no hace mucho, con nuestros amigos Nati y Rafa.


Dio la casualidad que mi cuñada Paci y su marido, Alonso, también estaban pasando unos días de vacaciones cerca de nosotros, junto a una pareja de amigos suyos. Quedamos en vernos en Hondarribia, y allí fuimos. Pero dimos un viraje a nuestros planes y nos plantamos en Donosti para comer.

 

Mane tiene dos hermanas: una morena, Conchi; y una rubia, Paci. Bueno, y un hermano, David, que es el benjamín de la familia. 

Con las circunstancias de la pandemia nos hemos visto muy poco desde el año pasado. Incluso tuvimos que anular un crucero que teníamos planificado los ocho juntos, después del éxito del último viaje a París. Así que, vernos un ratito, aunque sea tan lejos de casa, ha sido una alegría grandísima.



Suficiente para echarnos unas risas entre pinchos fríos y calientes, cervezas y buen vino, en un entorno tan mágico como esas callejuelas donostiarras. 



Rematamos con un café en los veladores de una terraza del boulevard Zumardia, en pleno centro. 




A la vuelta hasta Etxalar, donde pudimos relajarnos de tantas emociones en el jacuzzi, no se nos borró la sonrisa de la cara en todo el camino.

 


 Ya se está terminando esta escapada por el norte, snifff...



jueves, 29 de julio de 2021

Zugarramurdi (julio 2021).

 

 

Zugarramurdi es un precioso municipio español de la Comunidad Foral de Navarra, que se encuentra a 83 kms. de Pamplona, ubicado en la comarca de Baztán y cuya población ascendía a 232 habitantes en 2017 (en la actualidad ha descendido algo más).

 




 

Teníamos muchas ganas de conocerlo. Mane y yo hemos visto la película "Las brujas de Zugarramurdi" y la "Trilogía del Baztán" y nos apetecía patear estos lugares tan fascinantes de nuestra geografía.

 


 

El tranquilo paseo por el pequeño pueblo, con una temperatura muy agradable, fue una auténtica delicia. Cuando llegó la hora de reponer fuerzas, nos encaminamos al restaurante "Graxiana", que habíamos seleccionado por internet días antes. Nos encantó a los dos.

 

 

Al día siguiente teníamos cita para visitar la cueva, pero entramos primero en el museo. Hay que recordar que Zugarramurdi es un pueblo de brujas. 

En 1610 tuvo lugar en Logroño un auto de fe en el que la Inquisición procesó a cuarenta vecinas acusadas de ser brujas en Zugarramurdi, de las que doce de ellas fueron condenadas a morir en la hoguera. Las ejecuciones estaban basadas, en la mayor parte de las ocasiones, en testimonios falsos, supersticiones o envidias que en nada se ajustaban a la realidad.

 




 

       Y entramos en la "Cueva de los Aquelarres".



 

En ella se encuentra el arroyo Olabidea (o "arroyo del infierno"), que da lugar en su camino a una serie de cuevas en distintos niveles, de las cuales la más grande forma un túnel de 100 metros de largo por veinte de ancho y goza de 30 metros de altura.







 

Hoy en día la cueva puede visitarse, previa cita, para cumplir con el aforo en estas circunstancias de pandemia que estamos sufriendo. En ella se celebra, en el solsticio de verano, una fiesta de culto al fuego; y en las fiestas de agosto, una bacanal gastronómica de carneros asados o "zikiro-jate"

 







Estas cuevas son famosas por haber acogido durante la Edad Media reuniones de brujas o aquelarres.

Se dice que la palabra "akelarre" (o "sabbat") viene del prado que está al lado de una de las pequeñas cuevas de Zugarramurdi, que era donde pretendidamente se celebraban las reuniones de las brujas. La palabra akelarre significa "prado del cabrón", y así le llamaban los asistentes a las reuniones de las cuevas a este prado, ya que en él pastaba un gran cabrón negro (macho cabrío negro o Akerbeltz, en euskera), del cual decían que se transformaba en persona cuando se reunían las brujas. O sea, que según la leyenda, este macho cabrío era el mismísimo diablo. De ahí que Zugarramurdi reciba el sobrenombre de la Catedral del Diablo

 






 

    Si tenéis ocasión, visitad Zugarramurdi. Os lo recomiendo.