Estrógenos en caída libre

                                            

                                            Un proceso biológico

     La menopausia es un proceso natural y gradual por el cual los ovarios dejan de cumplir con dos de sus funciones esenciales: producir óvulos -por eso se deja de menstruar- y generar estrógenos, la hormona femenina.Yo también la llamo "menos pausa" y "menos prisa", porque llegadas a este punto ya han transcurrido dos tercios de nuestra vida, y no hay tiempo que perder, y es el momento idóneo para saborear con parsimonia y agrado cada día del calendario que aún permanece sin tachar.

     Como cualquier otra fase evolutiva, cada mujer lo sobrelleva de distinta manera, aunque está registrada la sintomatología común a la mayoría.
    
     Podremos comenzar afirmando que los estrógenos los producen, en su mayor parte, los ovarios y, en menor medida, las glándulas adrenales. Estas hormonas femeninas son las responsables de las características sexuales femeninas, la aparición del ciclo menstrual, la forma de las mamas, etc. Es en el momento de la pubertad cuando se encuentra un mayor nivel de estrógenos en la mujer, un nivel que se mantendrá durante, aproximadamente, los 25 años posteriores y que, a partir de entonces, irá descendiendo durante la menopausia.
     Cuesta abajo y sin frenos, te lo digo yo.

     Se podría pensar que, al ser hormonas femeninas, los estrógenos sólo actúan al nivel del aparato reproductor. Sin embargo, las funciones de los estrógenos van mucho más allá:
1. Los estrógenos ayudan a metabolizar las grasas y a distribuirla por el cuerpo. Por ello, la mujer acumula más grasas en la cadera y en los senos, unas más y mejor colocadas que otras. Por ejemplo, Oprah Winfrey, la presentadora estadounidense, actriz, escritora, empresaria, productora y crítica de libros, siendo como es una mujer llenita, es también atractiva. Pero nada que ver con el estilismo de la actriz y modelo italiana Mónica Belluci, bellezón por antonomasia, en cuyo cuerpo ni sobra ni falta nada.

2. Ayudan a mantener el nivel correcto de colesterol en la sangre.

3. Estas hormonas femeninas tienen un papel muy importante en la tensión de la piel. Vamos, que cuando su producción entra en recesión, los colgajos de toda la anatomía campan a sus anchas.

4. Favorecen la resistencia de los huesos. Por eso la bestia negra de la menopausia es la temida osteoporosis.

5. Los estrógenos tienen un efecto importante sobre los vasos sanguíneos.

6. Estímulan la libido, responsable de la excitación sexual de la mujer. Es deprimente la apatía sexual que se impone en nuestro día a día en esta fase evolutiva de la mujer, difícil de sobrellevar para las parejas estables, que ven como un ejército de nubes grises se ciernen sobre sus relaciones íntimas.

     Además, otro punto importante es la influencia de los estrógenos en el estado emocional femenino. El descenso de estas hormonas femeninas puede provocar cambios de humor, depresión, irritabilidad, etc.¡Ay, qué gran verdad!

      Mis emociones no responden a estímulos externos, salen disparadas en cualquier dirección sin previo aviso, o se acurrucan en el rincón más oscuro del alma. Cualquiera de las dos actitudes provoca efectos secundarios y daños colaterales en las personas de mi entorno más cercano, que unas veces las comprenden y justifican, y otras muchas no las toleran de buen grado, o incluso las reprochan abiertamente.

     Un mal rollo, lo mires por donde lo mires. Si cuando somos adolescentes estamos convencidas de ser unas incomprendidas, a las menopáusicas sí que no hay quien nos entienda, ni nosotras mismas.

     No sé qué será peor: si tener los estrógenos en caída libre o padecer, como me dijo una madre justificando a su hija de la clase de Educación Física, "problemas orgánicos de carácter cíclico", es decir, que estaba con la regla...No se puede ser más cursi ni más rebuscada.

     Se acabó este post, que me están entrando unos sofocos...