El gobierno ha bajado los límites de velocidad en la carretera, íbamos demasiado deprisa y eso desemboca en un mayor número de accidentes. Quizás nosotros también debamos reducir la velocidad de los acontecimientos en nuestra vida, para evitar tantos siniestros. En generaciones anteriores se amortizaba más la ropa, las canciones, los libros, las ideas, las noticias...Ahora todo queda obsoleto antes de habernos percatado de su existencia. Las tendencias de moda nos pueden hacer parecer desfasados al primer descuido, las canciones se desvanecen en mitad del olvido colectivo, los libros pierden la esperanza de ser leídos ante el empuje de nuevos títulos más en boca de todos, las nuevas ideas entierran las antiguas ideologías, las noticias en la era digital están condenadas al destierro de las hemerotecas casi al tiempo de su difusión... El pasado se ha quedado rezagado en la carrera de la Historia, y el futuro hostiga al presente propinándole constantes patadas, sacándole tarjeta como si de un jugador del Real Madrid se tratase, a juicio de un monstruo insaciable, un árbitro llamado "Inmediato Vertiginoso".
Es necesario que echemos el freno, incluso que demos marcha atrás para poder así recoger a los que se quedaron en el camino sin combustible ni avituallamiento.
A los que vayáis a la romería de Bótoa, que paséis un día agradable. Y a las madres, pensad que hoy es un día como los demás, y por lo tanto, dejaos querer sin necesidad de llenar los bolsillos del C I.
PAZ Y AMOR.
Publicado el jueves 5 de mayo de 2011, en la sección "Cartas al Director" del periódico Hoy.
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