Se jubila otra buena compañera, con la que he compartido más de tres décadas de fatigas y satisfacciones profesionales en el colegio.
La celebración, a la antigua usanza, tendrá que esperar hasta que termine el secuestro al que nos tiene sometidos el bicho. Así que, nada de celebración religiosa, nada de comida fraternal, nada de besos ni abrazos, nada de copitas, nada de pachangueo.
La despedida de Margarita la hemos celebrado online, como no podía ser de otra manera. A falta de tocarnos, nos hemos visto y nos hemos oído. No es lo mismo, pero es la opción menos perjudicial para todos y la más responsable.
Como es mi costumbre, le escribí un poema con el cariño que le tengo por tantos años juntas en esta maravillosa tarea de ser docente.
Los primeros versos son un guiño al gran Rubén Darío, al que le he tomado prestado su famoso poema, adaptándolo a nuestra protagonista del feliz evento.
Soy la trabajadora más antigua de las Josefinas, pero aún me queda, por edad, un camino a recorrer hasta la meta que tú has alcanzado. Te voy a echar de menos.
Disfruta,
te lo mereces.
Margarita (diciembre 2020)
Esto era FEC que tenía
un colegio de estudiantes,
una capilla muy fría,
con coro para los cantes,
un quiosco en la misma esquina,
un comedor con menú,
y una linda profesora,
tan bonita, Margarita,
tan bonita como tú.
Os voy a contar un cuento de una rubia señorita
que, desde hace muchos años, trabaja para monjitas
de un colegio concertado, de educación exquisita.
El destino la tocó con su mágica varita,
por ser ella responsable, bilingüe y cosmopolita.
Estos pasillos la han visto desde que era mocita.
Hoy se despide de todos nuestra dulce Margarita,
con sus ojitos azules y su frágil figurita.
Interminables sesiones de clase, en las mañanitas.
Los cafés en el recreo y, a la salida, cañitas.
Atrás se quedan las tardes de claustros y de visitas,
corregir hasta altas horas, cuando el sueño incapacita.
Ahora te esperan al norte, en tu costa favorita y
disfrutarás de tus nietos hasta que tu alma derritan.
Recordarás este año con ilusión infinita,
a pesar de la pandemia que entre nosotros transita.
Porque tú te lo has ganado. Por fin te llegó la horita.
Llévate nuestro cariño, mi querida Margarita,
que estos sentidos versos van por ti, musa florida.
Maribel Núñez Arcos.
Margarita ya te tocó, recuerdo nuestro tiempo de compañeras, muy buenos años, muy buenos compañeros, os recuerdo con mucho cariño. Ahora disfruta de todo lo bueno que la vida te regala. Un beso grande lleno de cariño y a ti Maribel, que nos acercas estos recuerdos...
ResponderEliminarMuchas gracias,Laura. Un abrazo fuerte.
EliminarYa vamos quedando pocos de aquellos maravillosos años, Laura. Ahora pululan por los pasillos muchos antiguos alumnos con bata de profesores. Gente joven, con mucha ilusión y muchas ganas de trabajar por y para el colegio, como nosotros cuando empezábamos. Así es la vida, damos paso a las nuevas generaciones. Un abrazo muy grande desde Badajoz.
ResponderEliminarQue alegría, me alegro mucho. Besitos
ResponderEliminarMe encanta tu poema Maribel. Esa combinación con Rubén Darío le va al pelo a nuestra Marga.
ResponderEliminarMe encanta tu poema Maribel. Esa combinación con Rubén Darío le va al pelo a nuestra Marga.
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Marian. Besos.
EliminarMuchísimas gracias,Maribel. Como me encantan tus sentidas palabras. Eres la poesía hecha persona. Admiro tu sensibilidad y lo entrañable que eres. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo achuchao para ti.
EliminarMargarita fue mi profesora durante la adolescencia. Me invade de pena enterarme ahora de que se ha jubilado. Era una gran docente y me enseñó grandes valores como el respeto. Grande, Margarita.
ResponderEliminarAy!!! Que Pena mi Margarita!! Con lo buena profesora que era!!
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