Y lo celebro, aún a riesgo de parecer una pedante.
Lo bueno de entretenerse escribiendo un blog es que no tienes que dar explicaciones a nadie sobre cómo lo gestionas.
Puedo escribir lo que me apetece, cuando me apetece, y sobre el tema que me plazca: personal, político, profesional, social... Además me puedo conceder la licencia de hacerlo en prosa o en verso, en forma de relato, de artículo, o de ensayo, con seriedad o con recochineo, adjuntando documento gráfico o dejando el texto condenado al ostracismo de las imágenes, publicando mis propias fotos o sacándolas de internet, en blanco y negro o con todo el espectro de colores, en días laborables o festivos, al amanecer o en la hora de los Walpurgis, en pijama y bata, en chándal o vestida de grana y oro, en el comedor de mi casa o tumbada en la cama, con alegría y buen humor, con una depresión de caballo o con muy malas pulgas, con los documentales de la dos de fondo o con el "mute" pulsado, en la más absoluta soledad o entre intrusos que irrumpen distraídamente...
Para no dilatar más la pormenorización de mis argumentos, resumo: en mi blog la que manda soy yo, yomeloguisoyomelocomo, ¿ok?
Y el que quiera, que lo lea. No es obligatorio, es indoloro, y prometo no apuntar con el kalashnikoff al que se resista.
Hoy traigo una amplia variedad de tartas, para deleitar todos los gustos: las hay de gominolas, de chucherías,de lacasitos...
Y para mí, porque yo lo valgo, mis dos favoritas: la de queso y la de manzana.
Todo el día cocinando para la ocasión, pero ha merecido la pena.
Un día es un día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario