Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Abanico de Plata.





     Por fin se ha hecho justicia al concederle a mi querida Mari Pepa Orantos el "Abanico de Plata", destinado a las mujeres que trabajan por el Carnaval de Badajoz. 

     Desde el primer año de celebración ella ha demostrado su entusiasmo, su constancia y su dedicación. Nuestro Carnaval le debe mucho a esta grandísima mujer, de pequeña estatura, pero de gran valía: como persona, como maestra y como carnavalera número 1.




     Este vídeo corresponde al desfile de comparsas de este 2011, en el que "Los desertores", su grupo, fueron los primeros en recorrer las calles de la ciudad.

                                              http://youtu.be/-Uay_Bz9PpI


     Cuando Mari Pepa comenzó su jornada reducida en el colegio, le hicimos sus compañeros y sus alumnos un bonito homenaje, con regalos, escritos cariñosos, actuaciones de los niños...Yo le dediqué una poesía, que junto a las cartas recopiladas de sus pupilos, formó parte de un libro de recuerdos de aquel inolvidable día.

     He aquí:


                   LA PEPITA PRESUMIDA


Hoy vengo a contar un cuento:
“La Pepita Presumida”,
profesora del colegio
de las de toda la vida.

Viste exclusivos modelos
y unos enormes tacones,
y pasea su palmito
conquistando corazones.

“Con esta cara graciosa
y todos mis abalorios,
voy ligando por el mundo
más que D. Juan Tenorio”

Vividora en toda regla:
viajera, carnavalera,
charlatana, parrandera,
y desfila por los pasillos
cual modelo de pasarela.

Y si quieres lotería,
pídesela a Mari Pepa.
Te la daba, hace ya tiempo,
por sólo tres mil pesetas.

Todos los que ella ha enseñado
deben rendirle homenaje:
niños que ahora son hombres,
niñas que ahora son madres,
amigos que bien la quieren,
compañeros de fatigas,
compañeros de viajes,
todos con ella este día,
tiñendo de amor el aire.

Y ya se acabó este cuento
de una “Pepa Presumida”.
Y colorín, colorado,
que disfrutes, como todo,
la jornada reducida.



     No cambies nunca, Mari Pepa. Te queremos tal como eres.


                            ¡Enhorabuena, guapa! 

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