Hoy estoy feliz. Contemplo por primera vez la posibilidad de ayudar a alguien que no conozco y lo necesita, y nada me llenaría más de inmensa satisfacción. Todavía es pronto para asegurarlo, pero "un viaje de mil millas empieza con un paso". Y hoy lo hemos dado, vive Dios.
Os animo a todos a ser donantes de médula. Es sencillo, no es doloroso -si acaso, algo molesto- pero conlleva una indescriptible alegría, para el donante tanto como para el afortunado receptor.
Si tienes salud, siémbrala por donde puedas, que habrá alguna persona que podrá beneficiarse de ella.
Ser donante de órganos es una acción altamente altruista y elogiable, pero el que dona después de muerto se pierde la alegría de saber que su entrega ha servido para alargar la existencia de una persona o mejorar su calidad de vida.
No te lo pienses,
¡ponte en contacto con la Fundación José Carreras!
Puedes dar tanto con tan poco...
Entra para informarte:
http://www.fcarreras.org/es/
Cuando quieras tomar algo, tienes que darlo primero.
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