Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

martes, 28 de junio de 2011

UN PEQUEÑO PLANETA





     Los niños ya comenzaron sus vacaciones estivales. El colegio está sordo y triste estos días sin su alegría, sus carreras, sin sus risas. Los profesores deambulamos como zombis por los pasillos, llevando papeles de acá para allá, asistiendo a reuniones para hacer balance del curso, preparando la memoria para archivar, haciendo limpieza en las clases que quedarán desiertas hasta que septiembre haga su aparición en escena.
     Llorarán sus muros la larga ausencia, evocando entre suspiros el perfume de la inocencia.

     A los alumnos de mi colegio y de cualquier otro, porque todos son uno en mi poema.




                    Un pequeño planeta.



En un grandioso universo flota un pequeño planeta:


se llama COLEGILANDIA,


y está clonado sin fin desde Chile hasta Finlandia.


En su atmósfera conviven alegrías y emociones,


bostezos disimulados, lágrimas y frustraciones,


curiosidad infinita, gruñones y ruiseñores,


duendes, hadas, gnomos, elfos, proletarios y señores,


días de sol reluciente y días con nubarrones,


objetivos conseguidos, fracasos y humillaciones,


celestinas colegiadas, brujas rompecorazones,


fantasías que construyen castillos con torreones,


ilusiones que traspasan muros de lamentaciones,


recuerdos de tierna infancia decorando los balcones.


El sol te funde en su abrazo,


la luna adorna tu pelo,


y un querubín descalzo,


sobre una estrella fugaz,


corre este tupido velo.







                         Abrazos tiernosss...

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