Mi primer baño
No podía clausurar mis mini-vacaciones sin darme un chapuzón. El tiempo no acompaña lo que debiera, pero eso no es problema para mí. Hoy está nublado, caen unas tímidas gotas, pero la temperatura es agradable.
He disfrutado de piscina privada en exclusiva para mí. Un placer indescriptible, seguro que es pecado, o engordo de satisfacción.
Prueba de la hazaña: documento gráfico adjunto.
1º) Hay que despojarse de la ropa.
2º) Hay que entrar con decisión.
3º) Hay que coger el toro por los cuernos.
4º) Saliendo triunfal, más feliz que una perdiz.
5º) Vivita y coleando. C’est fini.
Mañana repito la experiencia, antes de volver (snifff…), pero ya sin papparazzi.
¡Au revoir!
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