El calendario marca los ritmos en la Madre Naturaleza. He aquí mi jazminero, cumpliendo a rajatabla lo que de él esperamos cada primavera: que exhiba sus pequeñas notas de color y que impregne el ambiente de su contundente perfume.
Será bonito mientras dure, y benditos los que podemos disfrutarlo. Sus flores perderán el blanco inmaculado para tornarse en amarillo macilento, marrón...hasta caer marchitas. Como nosotros, que también vamos perdiendo lozanía y fuerza vital, hasta sucumbir a la crueldad del tiempo y caer lánguidos en brazos de la muerte...
Aprovechemos nuestro breve momento de esplendor. Vendrán tiempos peores.
¡Qué deprimente es estar solos en medio de una muchedumbre!
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