No voy a negar que nos encanta estar juntos, aunque sea revueltos, y que el motivo es lo de menos. Pocas veces conseguimos reunirnos sin que falte nadie, somos un regimiento, pero no será por no intentarlo.
De los doce primos estuvieron los cuatro más pequeños, pero congenian muy bien y lo pasaron estupendamente.
En la foto posan con el tío Perico, que como es el reportero oficial de los eventos familiares, pocas veces cede la cámara para que otro le inmortalice. Ahí va otra, con dos de sus cuñados.
Hubo tiempo para todo: playa...
Tertulias en casa...
Compras en los tenderetes...
O esperando pacientemente que compren los demás...
Comidas en casa, (menudos master chef tenemos) y también fuera de casa...
Paseos en familia...
¡Ah!, me olvidaba del guardián de la casa: Bale.
Y unos se fueron, pero otros vinieron...
Enrique, Carmen y Rita, que hizo compañía a Bale.
Ya hay fecha para la siguiente quedada. ¡No hay nada como programarse con tiempo...!
¡BYE!
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