Hace ya horas que la oscuridad empujó la noche y secuestró el día. Comienza un nuevo fin de semana, comienza un nuevo ciclo, comienza un nuevo capítulo de nuestra rutina, comienza la lectura de una nueva página del libro de la vida.
La rutina no se hace pesada si, aunque siempre hagamos las mismas cosas, estamos en la convicción de hacer otras.
Quisiera encaramarme en lo alto de una montaña para divisar el mundo en la lejanía y con perspectiva, entonar a pleno pulmón el eco de mis versos y preguntar a una nube algodonada todas mis dudas.
Bucear entre las sábanas perfumándote de abrazos y soñar tus susurros escondida entre los pliegues de tus labios.
Que mis poemas te cubran como una ola, bronceen tu voz y te embadurnen el corazón con pétalos de rosa.
Felices sueños...
No hay comentarios:
Publicar un comentario