Memoria errante
Hoy le dedico estas líneas
a esta memoria errante,
manuscrita en el aire,
que nadie conocerá,
que se va desvaneciendo
de manera irremediable
entre macilentas hojas
de calendario, arrastrando
recuerdos como alma en pena
por un bosque de momentos
prendidos con alfileres.
Frondoso y siniestro bosque
de sombras impronunciables
de caricias y palabras,
de aromas que perfuman el camino,
fotogramas que salpican
de color sepia los versos,
poemas que se despeñan
tras el filo del ocaso.
Esta memoria mía que
el viento azota entre ramas,
que la tempestad diluye
con la fuerza de su lluvia,
que la oscuridad asusta
con silenciosa ceguera.
Esta memoria mía que
hoy de mí quiere olvidarse.
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