Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 9 de noviembre de 2014

28º cumpleaños en Manchester


Este año desde la distancia, geográfica, que no sentimental, celebro, como madre, el cumpleaños de mi primogénito Enrique.


Veintiocho años han transcurrido desde aquel 9 de noviembre de 1986, día en el que cruzamos por primera vez nuestras miradas y trenzamos nuestros caminos.


Se han ido poniendo boca arriba las cartas del destino, caprichoso destino que te ha situado en un país extranjero, de diferentes costumbres, de distinto idioma, de sol ausente, de gastronomía mucho menos apetitosa, de espíritu menos festivo.


Afortunadamente, en esta segunda intentona de buscarte la vida, te has llevado la mejor compañía: Carmen, la alegría de la huerta, que seguro está consiguiendo que a los dos se os haga la rutina más llevadera. Que os tengáis el uno al otro es una gran suerte que no a todos les toca, y tenéis que saber valorarlo en su justa medida.


Te deseo que alcances tus sueños, que empieces a lograr los objetivos que te propongas, pero por encima de todo, quiero que seas feliz, muy feliz, aunque estés lejos de tus padres y tus hermanos. Porque de tu felicidad depende también la mía.


Te quiero, cariño. Sopla con las velas de tu tarta cualquier mal fario, y cómete todo lo dulce.


                                 ¡Feliz cumpleaños!




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