Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 20 de octubre de 2014

Domingo de otoño

                               (Foto de mi amigo Diego Algaba Mansilla)

Se me escapa este soleado domingo de otoño, dejándome un dulce sabor de boca y una sonrisa de satisfacción tatuada en el gesto.
Tenía previsto participar en una carrera solidaria a favor de los alérgicos a los alimentos, y madrugué para desayunar sin prisas y llegar con tiempo de calentar antes de la prueba.


Coincidí con dos antiguos alumnos, uno de ellos compañero actualmente de trabajo, que también iban a correr.  Salimos al mismo tiempo, pero solo me mantuve a su lado los primeros 500 metros; en ese punto bajé el ritmo y empecé a perderlos de vista. Les doblo la edad, y mi aspiración en esta segunda carrera en toda mi vida consistía, igual que en la anterior, en llegar a la meta después de recorrer los 6 kilómetros.
Y llegué, pero me costó. Hacía mucho calor hoy, y yo tengo la costumbre de salir a correr de noche, por lo que mi lucha es conmigo misma, con mis limitaciones físicas y mi fortaleza psicológica, sin entrar en juego factores meteorológicos adversos.
Me animó mucha gente mientras corría, gente que no conozco o que no he reconocido, algo que es de agradecer para esforzarte, a sabiendas que tu único premio será la satisfacción de un deber, autoimpuesto, cumplido.
Recogí una mochila, que entregaban a todos los corredores participantes, en la que encontré agua, zumo y fruta, víveres de los que di buena cuenta.
Me acerqué a la mesa donde estaban revisando las clasificaciones, y le pregunté a uno de los encargados por la lista de las veteranas. Viendo que me buscaba entre las corredoras de los años 70, le dije: mira la última página, que soy seguramente la más vieja. A lo que, mirándome de arriba abajo, me contesta: pues quién lo diría… Subidón de moral. Había cuatro mujeres entre 1960 y 1964, y yo había llegado la última.


Ya relajada, miré el móvil, mientras hacía tiempo para ver el resto de carreras, en las que participaban muchos alumnos míos del colegio en distintas categorías. Uno de los mensajes era de mi amigo Diego: me felicitaba por haber ganado el premio a la “carta de la semana” en la revista XL Semanal. Me alegré mucho, aunque ni siquiera estaba segura en ese momento qué escrito me habrían publicado. Pero no podría comprar el periódico hasta salir de la universidad, cuando volviese a casa.
Disfruté viendo cómo mis alumnos conseguían pódium en todas las categorías, les aplaudí a rabiar e intercambié algunas palabras con sus padres.
Hubo una actuación de un grupo de chicas, que realizaron varias coreografías sobre bicicletas estáticas, espectáculo que me pareció de lo más lucido.
Llegó por fin la entrega de premios en cada categoría, y finalmente un sorteo de regalos con los números de dorsal. Tuve la suerte de ganar una caja con vino de Almendralejo, con mi 325.


De vuelta a casa, paré a echar gasolina y a comprar, por fin, el periódico con su suplemento dominical. La carta premiada lleva por título “La vida alegre”, y ya la publicó el diario HOY hace un par de semanas. Ni siquiera recordaba haberla enviado, a veces, si el tema del que escribo no es local, provincial o autonómico, mando el archivo a ambas publicaciones. Esta es ya la cuarta vez que tengo el privilegio de ser seleccionada por Lorenzo Silva, al que admiro profundamente, pero en esta ocasión he ganado una tablet. Comenzó a encandilarme aún más cuando asistí a una conferencia suya durante una “Feria del Libro” de Badajoz. Oírle hablar en directo es una auténtica gozada. 


Y he aquí el resumen de este gran día. Mañana iré a trabajar con una motivación diferente, con una gran ilusión: empezamos los ensayos del primer coro de profesores que hemos tenido en el centro, con proyectos inmediatos de actuaciones. Llevamos todo el fin de semana eligiendo temas para el repertorio, consensuando a través del grupo de  whatsapp formado a tal efecto.
Pero eso será objeto de otro post.


                                BYE.


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