Cuando se cumplen 30 años también se cumplen las experiencias necesarias para hacer de esta década un período de crecimiento personal, social, laboral y afectivo.
La maleta va llena de las alegrías y las penas precisas, el entusiasmo y las decepciones adecuadas, los pequeños éxitos y los pequeños fracasos justos para emprender un lanzamiento al espacio infinito de la vida, con el combustible necesario para recorrer galaxias lejanas y cada rincón remoto del universo.
Un 9 de noviembre de 1986 aterrizaste en el seno de una familia de dos jóvenes padres para culminar su proyecto de felicidad. Esa familia cuenta hoy con cinco miembros legítimos, y por las bóvedas de su hogar han cruzado algunas estrellas fugaces, dejando un rastro de brillo efímero tras su paso.
Es, también para mí, un día de celebración, porque hace 30 años me estrené como madre, con algo más de un cuarto de siglo.
No solo te deseo lo mejor a partir de hoy, sino que estoy convencida que lo mejor está ya al alcance de tu mano desde este mismo instante.
¡Feliz cumpleaños, cariño!
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