Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Bodas de Plata de Conchita

     Querida compañera: desde que oficialmente celebramos tus 25 años de servicio al colegio, no he dejado de lamentarme ni un solo día por no haberte dedicado unas líneas, como es ya mi costumbre. Tuvimos por esos días todo el jaleo de las actividades de las fiestas de S. José, y algo falló en la difusión de las noticias, o tal vez se confundió la prejubilación de Conchita Camacho con la celebración de tus bodas de plata.

     Fuera como fuese, hoy te dedico la entrada en mi blog como acto de desagravio, aunque no estoy segura siquiera que sepas de su existencia, y mañana sin falta te buscaré, por esos pasillos de Dios, para darte personalmente mi pequeño homenaje. 

     Eres alguien importante en mi coranzoncito, a pesar de coincidir poco por motivos de horario y materia a impartir, y admiro tu rectitud, tu sentido de la responsabilidad y tu sencillez de trato. Tú has enseñado a mis hijos el mundo de los números, y yo a tus hijas algunas cositas de deportes y de expresión corporal, y unos y otras han pasado el trance sin traumas de consideración, ¿no te parece?

     Esta foto de la comida de jubilación de Gloria y Ana Mari, es la única que he encontrado en mis archivos, pero me encanta, porque estamos juntas. Se ve que no te gusta salir en las revistas...jejeje...

     Espero que mis versos te dibujen una sonrisa, tú sabes que te aprecio de verdad.


  BODAS DE PLATA DE CONCHITA

Poema para Conchita, la que enseña Matemáticas,
que aunque parece muy seria, es entrañable y simpática.

Jacinto se anticipó haciéndote mil halagos,
sinceros y merecidos, que serían de tu agrado.

Cumples tus bodas de plata, muchos cursos y experiencias,
cientos de alumnos y alumnas que han bebido de tu ciencia,
de tu gran sabiduría, de tu equidad y tu paciencia.

Como compañera soy una gran privilegiada,
he compartido contigo alegrías, claustros,
comidas, corazonadas,
tensión, crisis, coincidencias,
diferencias, risotadas,
y días de calendario que nos tiñeron de canas.

Hoy ante ti me descubro por tu honradez y nobleza,
tu profesionalidad y tu admirable entereza.

Perdóname, amiga mía,
por no haber estado al loro,
toda la culpa no es mía.

Se la echaremos al viento,
que olvidó soplar mis versos,
a tus manos
en su día.

                                    Maribel Núñez Arcos, mayo de 2.012.




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