Ya suman sesenta días con sus
lunas.
Anochece con pereza un día gris,
de primavera deslavazada y muda,
marchitada y fustigada sin
consuelo
por el pútrido silencio de las
dudas.
Llueve con fuerza sobre mimosas
notas
de una balada, pero las gotas
de agua
no consiguen arrastrar en su
devota
caída los nudos que aprietan mi
alma.
La tenue luz se desliza con
asombro
por un horizonte roto y desganado,
llevándose en su peregrinar escombros
de los sueños no cumplidos ni
enterrados.
Es tarde ya para palabras
vacías,
se desparramaron los discursos
huecos,
llegó el momento de las
postrimerías,
se trenzaron con fervor todos
los flecos.
Invadió la madrugada mi
esperanza,
dibujándome caricias en el
vientre.
Tu mirada se clavó como una
lanza,
desterrando mil amenazas de
muerte.
Sesenta días con sus lunas desde que empezó la pesadilla de la pandemia.
ResponderEliminarPublicado por el Ayuntamiento de Badajoz en su antología "El Vuelo de la Palabra. Poesía" 2022.
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