Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 8 de abril de 2020

Menú de cuarentena


Sencillo, pero apetitoso:

1º) Crema de calabaza (se me olvidó hacerle la foto, pero estaba deliciosa).

2º) Pollo al horno. Cama de cebolla cortada en juliana, pimiento rojo y pimiento verde en tiritas, rodajas de zanahoria, tomate triturado, aceite, ajo molido, pimienta negra molida, perejil, laurel, sal y un buen chorreón de vino. Puse limón dentro de los cortes de la pechuga y el muslo. No sé el tiempo que lo tuve en el horno, a ojo de buen cubero, a 180º.



3º) Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y ya que el horno estaba caliente, hice también un bizcocho para tomar con el café (3 huevos, un yogur, dos medidas del vaso de yogur de azúcar, tres medidas de harina, una medida de aceite y un sobre de levadura; embadurnar de mantequilla la fuente, y al horno a 180º, hasta que esté doradito).

Con unos cuantos truquis, ha salido de chuparse los dedos.


Truquis, a saber: añadí al bizcocho de yogur tradicional dos manzanas trituradas con cáscara de limón, cortada muy transparente. Las manzanas estaban amarilleando en el frutero, y yo sé que así no se las come nadie en mi casa, pero le han dado una textura y un sabor increíble al bizcocho. Como tampoco tenía yogur de limón, se lo eché griego con stracciatella, y fue un acierto. El azúcar, moreno, porque no me quedaba blanco, y a duras penas me llegó el harina, porque no había en el supermercado el último día que mi marido salió a comprar. 




Está claro que el confinamiento nos ha llevado al mundo de la repostería y la panadería de forma compulsiva...


    ¡Que os sea leve el encierro domiciliario!

 


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