Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 14 de enero de 2019

Invisibles 2018

 
Como cada año, los Gómez celebramos nuestra reunión navideña para intercambiarnos regalos. Ya sé que voy con una mijina de retraso, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de dejar constancia del evento familiar en mi blog, convencida de que en este particular archivo el recuerdo permanecerá a buen recaudo. 


No pudimos estar todos, es complicado conciliar las agendas, pero tuvimos muy presentes a los que faltaron, especialmente a Marta, que vive temporalmente en Shangay por motivos laborales. 


Como siempre, los encargados de repartir los regalos y hacer de maestros de ceremonias fueron Perico padre y sus incondicionales ayudantes Sete y Luis, los primos más chicos de la familia.




Los regalos no son lo más importante, sino la manera de elegir el más simpático para la persona a la que va destinado. Se intercambian suegros con nueras, sobrinas con tíos, hermanos con hermanos, madres con hijos, primos con primas, cuñadas con cuñados, cónyuges... El reparto de papelitos con el nombre del amigo invisible es motivo de otra reunión que suele celebrarse durante el mes de noviembre. Para juntarnos solemos tener excusas perfectas...








La reunión se alargó hasta altas horas de la madrugada, de charla animada por alguna copita y buenos turrones.








Los mayores de la familia, las cuatro parejas, tuvimos ocasión de ponernos de acuerdo para darnos una escapadita sin hijos este verano. Ya estamos disfrutando con los preparativos.






Fue bonito mientras duró. En nada pasará el tiempo y volveremos a las andadas, porque lo disfrutamos de verdad.







                                    BYE

 




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