Estar en cuarentena ya es, de por sí, una situación complicada. Así que, lo mejor que podemos hacer es procurarnos un poquito de felicidad con pequeños placeres al alcance de nuestra mano.
Si tienes en tu despensa huevos, harina, leche, azúcar, aceite, un sobre de levadura y un limón, y dispones de horno, ¡manos a la obra! Te vendrán de perlas, también, fuente de horno y moldes de papel especial madalenas.
Las 18 primeras madalenas las hice sin rociarlas de azúcar por arriba antes de meterlas en el horno. Pero me sobró masa, y las doce siguientes sí llevan azúcar. Tanto las unas como las otras están buenísimas.
La receta es la siguiente:
- 3 huevos;
- 1 vaso de leche;
- 1 vaso de azúcar;
- 1 vaso de aceite de girasol (yo le puse AOVE, que es el único que uso en casa);
- la ralladura de un limón;
- 400 gramos de harina;
- 1 sobre de levadurina.
Se baten todos los ingredientes, y se va incorporando harina y levadura mezcladas muy poco a poco, tamizando para que no forme grumos, con movimientos envolventes. En esta ocasión no utilicé el batidor eléctrico, amasé con uno manual.
Se llenan los moldes un poco más de la mitad, y se meten en el horno, previamente calentado a 200 grados, más o menos. Están hechas en unos 15 minutos, aunque es mejor ir mirando, porque cada horno es distinto.
Me han salido 30 madalenas con esas cantidades.
Ya puedes darte el capricho, que...
¡A NADIE LE AMARGA UN DULCE!
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