Cuando suenen las doce campanadas y se empiecen a escuchar
los brindis y las felicitaciones, lo que era hoy pasa a ser ayer, y empieza a
desperezarse el hoy que, hasta hace un minuto, era mañana.
Ya se oyen lejanos los
acordes de la BSO del 2017, “Despacito”, para dar paso a temas que están a
punto de nacer, con mucho ritmo y con un pan debajo del brazo.
Mientras nuestro
Rafa Nadal “resucita”, a sus 31 años, subiendo al pódium más alto de los
elegidos del tenis, otros nos han dejado casi sin despedirse: Chiquito, con un
“¡Hasta luego, Lucas!”; Pablo Ráez y su sonrisa cautivadora y convincente; el
campeón Ángel Nieto, montado sobre ruedas; Carmen Chacón, cuya muerte la
sorprendió en plena madurez; Paloma Gómez Borrero, ataviada de sabiduría
vaticana; Manuel Marín y su filosofía europeísta; Bimba Bosé, joven y
transgresora, a la que recuerdo con cariño como alumna de extraordinarias
aptitudes físicas… Y algunos otros, de aquí y de allá, que de una u otra forma
nos dejaron su legado.
El protagonismo se lo han llevado, estos últimos meses,
los paisanos del nordeste de España, por ese desmesurado afán que les ha
entrado por divorciarse de la madre patria, a la que acusa de malos tratos
difíciles de probar. Para república independiente que cada uno la proclame en
su casa, si es capaz y le dejan.
Al 2018 le pido, entre otras cosas, se
descubra la vacuna contra la aporofobia, que bastante desgracia ya es ser pobre
o desfavorecido, para que además te desprecien por ello. Y un saco de buenas
noticias para las próximas 365 portadas del HOY.
Publicado en "Cartas al Director" del diario HOY el domingo 31 de diciembre de 2017.
ResponderEliminar