Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Escaños vacíos

 

Afirman los creyentes que los caminos del Señor son inescrutables, pero no son los únicos. Otros caminos tampoco pueden entenderse y quedan fuera del alcance del común de los mortales.

Llevo trabajando más de cuatro décadas como maestra y nunca me he  ausentado de mis obligaciones laborales sin una causa justificada, no sólo por imperativo de quien me paga el sueldo, sino también por sentido de responsabilidad y de servicio hacia mis alumnos. Desgraciadamente, el colectivo que ocupa los sillones del Congreso de los Diputados pasa por alto ese tipo de consideraciones y nos ofrece a menudo estampas de bancadas desiertas que deberían hacernos reaccionar a los ciudadanos de bien, que somos los que los mantenemos en sus poltronas. Según el día, la hora y los parlamentarios intervinientes, hay asientos que acogen los traseros de sus señorías pero, muchos de ellos,  lucen desnudos impúdicamente. Entiendo que a algunos no les guste escuchar los discursos de sus contrincantes, pero esa es precisamente su labor y por la que se les paga. Son diputados electos que deben conducir los designios del país con sus escuchas y sus réplicas, sus aportaciones y sus decisiones, no visitantes ocasionales ni turistas de temporada.

 “Menos samba e mais trabalhar”.

Yo ficho al entrar y al salir de mi trabajo para dejar constancia de mi asistencia, algo que nuestros políticos no tienen que justificar, la evidencia lo demuestra. De ahí mi indignación ante tamaña prepotencia y agravio comparativo, aunque quiero creer que habrá algunos que se salven de mis reproches y mi desaprobación.

Tengo pleno derecho a esta pataleta. Otra medida no puedo adoptar ante esta casta mediocre que aprovecha su momento de gloria en forma de dietas, enchufismos, viajes de placer disfrazados de oficiales y privilegios varios. Como, por ejemplo, una pensión generosa por sólo 7 años en un escaño que algunos ni calientan, frente a los treinta y tantos de los pringados para obtener una pensión que a veces no llega ni para cubrir las necesidades más básicas.

Ojalá despertemos de nuestro letargo y nuestro conformismo, porque son piedras que tiramos a nuestro ya maltrecho tejado. 

 


 


2 comentarios:

  1. Publicado en "Cartas a la Directora" del diario HOY el viernes 14 de febrero de 2025.

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  2. Publicado en mi blog "Opinacoteca y +" de la revista GRADA el jueves 13 de febrero de 2025.

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