Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Gracias por estar ahí.




                                                                                                




   Ya he cumplido los 50. Una edad de peso. Pesan los años, pero no es lo único. Siempre he procurado darle a la vida mi entusiasmo, mi amor propio, mis sacrificios, y la vida me ha devuelto mucho más de lo que yo hubiera podido anhelar.

   Durante años me han faltado manos para atender a los que quiero y horas para cumplir con mis obligaciones. La imagen que tengo de mí misma es empujando un carro de la compra, pelando patatas, tendiendo calzoncillos, planchando camisas, moviendo una escoba o lidiando con treinta niños por hora.

   Por más amargamente que me he quejado, me ha compensado. Ahora estoy entrando en una etapa más serena de mi existencia. Sigo haciendo todo lo mencionado antes, pero procuro al mismo tiempo darme un respiro y una alegría de cuando en cuando. Ya no me tomo las cosas de la misma manera.

   Mis hijos empiezan a volar solos, cada vez son más autosuficientes. Y yo me siento tan llena de vida… Quiero dedicar más tiempo a mi marido, a mis amigos, a viajar, a aprender…



  Durante mi adolescencia compartí mis amores y desamores con grandes amigas, de las que yo llamo de fondo de armario, que siguen estando ahí para cuando la ocasión lo requiere. Ni siquiera la distancia geográfica, ni el haber seguido destinos dispares nos ha separado.



















   Qué alegría me da reunirme con mis amigos al menos una vez al año, sobre todo en los espacios que fueron escenario de nuestras locuras juveniles.




  
   Aquellos años ya son historia, nuestra historia. Pero nos queda  el recuerdo imborrable de aquellos momentos.
               


     A todos los que formáis parte del guión de mi vida, gracias. Os llevo en mi corazón. A los que siguen aquí, y a los que ya se han ido para siempre.



                          Friends forever...                                                                   




                                                     ¡Requetemuases!


















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