Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

jueves, 6 de agosto de 2020

Felicidad de la buena



Planeamos aquella noche ir al cine de verano. Es uno de los pequeños placeres que aún se pueden disfrutar en este sucedáneo de mundo que nos ha quedado. Al llegar, con tiempo suficiente, la cola hasta la taquilla nos pareció una serpiente de ciencia ficción, recorriendo una larga avenida. Las resignadas almas allí congregadas, bozal en boca, avanzaban con pasmosa lentitud e irremediable paciencia. Al cabo de un rato, los dos llegamos a la conclusión de que nos sería imposible acceder a la proyección en el horario establecido, sobre todo si se cumplía a rajatabla la normativa sobre aforo limitado en cada sala, por lo que decidimos renunciar a nuestro plan y salimos de la fila.

Volvimos a casa y nos pusimos una de las cintas de vídeo que hemos digitalizado, de cuando nuestros tres hijos eran pequeños y nosotros unos jovencísimos padres cubriendo todas sus necesidades, en una feliz época de nuestra existencia, en la que nos faltaban horas y manos para atender todos los frentes. Aún así, la vida era perfecta: se leía el afecto en cada sonrisa, los roces no estaban prohibidos, las distancias de seguridad entre personas eran un concepto no inventado, y los besos y los abrazos no estaban, como ahora, en peligro de extinción. Se estrechaban sin reticencias las manos para saludar, no había marcas en el suelo para indicar el sentido de la marcha, y no era obligatorio el gel hidroalcohólico a la entrada de ningún establecimiento.

Éramos felices; entonces lo intuíamos, ahora lo sabemos seguro. Estábamos sanos y sin miedo a enfermar; podíamos pasear por la playa sin reglas ni horarios; estaba permitido respirar aire puro, de día o de noche, sin tapabocas; no se prohibían las reuniones ni las celebraciones con muchos amigos o con la familia al completo; teníamos libertad para movernos a lo largo y ancho de este mundo sin pedir permiso, más que a nuestro bolsillo.

Todo a mi alrededor se me antoja como un mal sueño. Recurriré a mis antiguos vídeos digitalizados cada vez que necesite un chute de felicidad de la buena.



 















5 comentarios:

  1. Muy buen post Maribel. Un abrazo y feliz verano raruno.

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  2. Muy buen post Maribel. Un abrazo y feliz verano raruno.

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  3. Publicado en "Cartas a la Directora" del diario HOY el lunes, 10 de agosto de 2020.

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  4. Publicado en la revista GRADA el jueves 13 de agosto de 2020.

    https://www.grada.es/felicidad-de-la-buena-maribel-nunez-arcos/cultura/literatura/

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